sábado, 7 de junio de 2008

YA VENDRÁ EL PRÍNCIPE AZUL (O ALGÚN REY DE LA BARAJA)


Siempre me gustó más el mostrador que la mesa de té, la cancha de fútbol y no el paseo de compras, el asadito en lugar del vernisage y no me quejo: nadie me ha señalado con el dedo por ello (y si lo hizo, justo yo estaba de espaldas, así que me ne fute). El problema es que en lugar de buenos muchachos, de hábitos conocidos y ganas de permanecer a mi vera, siempre opté por los tahúres y/o las aves de paso (ahí sí, creo que alguien me haya señalado con el dedo, pero entonces yo me había puesto de espaldas, así que me ne fute). En esta aldea Santa viví unas cuantas historias aunque ninguna haya sido -creo- verdaderamente de amor.
Tuve sí una pasión que me costó un poco menos que la vida y algo más que la paz: pero el Señor me ha dotado de increíbles talentos para el sabotaje, así que en un tiempo no quedaba más que una botellita con arena de algún desierto, que me apresuré a tirar por entenderla una horrible metáfora del presente.
Ya repuesta del vínculo malsano, me abrí camino entre el fragor de la parranda y, entre codazos y meneos,seguí hallando finales para historias que jamás acerté a comenzar.
Alguna doña bienintencionada hasta se preocupó viéndome entrar a los 30 solterita y sin compromiso (yo también, pero alguien tenía que fingir); eso sí: al menos no me arrimaron ningún santo al que vestir, de modo que seguí el corso, con penas pero alguna que otra gloria.
Insisto en que no creo haberme enamorado porque imagino que en esas circunstancias uno se da cuenta de que está hasta las manos. Y tal vez para no quedarme sin saber lo que se siente, empecé a enamorarme de cosas y no de gente, de puro cobarde nomás. Es así que vine a amar este pueblo a veces tan lleno de espejos a los que no me quiero mirar, a las decenas de fotos antiguas que invaden lentamente mi casa y tras ellas sus fantasmas, a la vida (a quien amo con el dejo de tristeza que pongo en las cosas en las que creo), a mi hija, al fútbol y a Camarón.
La felicidad debe haber golpeado a mi puerta justo cuando yo tenía las manos ocupadas y no pude abrir, pero si no tuvo la constancia de volver mejor que se haya ido: para inconstantes y timoratos basta conmigo.
Y bueno: tal vez un día de estos le quite el moho a las viejas armas y entre a saco en la bailanta, donde nunca falta un antihéroe. O tal vez me ponga a chatear con hombres interesantes que se llaman Superpollo o Chico 10. Cualquier cosa menos rezarle a San Antonio, no vaya a sucederme lo que a una querida amiga (y en un tiempo también madrastra), quien enterada de que iba a subir al cerro con nombre de Santo, temió lo peor y me advirtió: "Ay, Carmen, por favor: no le pidas nada, mirá que yo le pedí ... ¡ y me mandó a tu padre !

8 comentarios:

vico dijo...

jajaja no puedo menos que reirme con el final del post!
me gusta mucho como escribis...
por eso te leo y que bueno que actualizaste! porque si no ya no pasaba mas...

super fresco tu relato
saludos,

Equipo de trabajo - Evaluación dijo...

buen análisis, creo que eso de tener un profesional cerca ayuda...
a mentirse con convicción!!

Carmen Ramírez dijo...

Vic: como sabés, esta es la mrjor forma de exorcismo que he encontrado. De vez en cuanto plumereo los fantasmas con algunas letras.
Abrazo

Carmen Ramírez dijo...

Equipo: hago estos análisis para seguir creyendo que mi lugar es en el Olimpo de las damas melancólicas y no en el Infierno de los bagartos indeseados. Y te juro que me lo creo !!!!!!
Abrazos

Saraza dijo...

Ay no, el chat no, por favor!! No me digas que también estás pensando en mandar sms a la tele?

Ya extrañaba tus posts :)

Besos!

Isabel Barceló Chico dijo...

Deliciosa forma desenfadada de contar una experiencia. Creo que estás dotada para vivir ampliamente tu independencia, porque tienes todo lo necesario para ello y, como guinda, un excelente sentido del humor. Así que no te falta de nada, y menos todavía un San Antonio. Besitos.

Susana Peiró dijo...

Coincido con Isabel, tu independencia se evidencia en las letras, tanto como el fresco sentido del humor.

Las relaciones de todo tipo, sobre todo las de buena calidad y larga duración, se dan espontáneamente. Y en cualquier esquina, aún la más insólita!

Cariños Carmela!

Carmen Ramírez dijo...

Niña Saraza: todo expediente es válido pero aún no manejo la posibilidad del telechat. De hacerlo, te autorizo a retirarme el saludo.
Isabel: me alegro que te haya gustado; como siempre creo que uno traduce en clave de humor aquellas cosas con las que tiene sí o sí que convivir, y mirarlas con humor ayuda a pactar con ellas.
Hola Susana! definitivamente ese tema de las relaciones es un tema . Besos