sábado, 10 de octubre de 2009

Despierta, Noé, despierta


Ha llovido un montón, hay zonas que se han inundado ¿no te parece que es tiempo de cortar la siesta y emprezar a llamar a los bichitos para dentro del Arca nuevamente? Por las dudas, digo.
Ya de paso me harías un favorcito porque, para ser sincera, por aquí la cuestión está empezando a descontrolarse. Seguramente habrás echado en falta a una docena de perros: el que come basura , las perritas que decidieron que duermen mejor en mi sofá y el gato amarillo que casi fue ultimado por el Michou en un duelo de taitas felinos.
¿No has notado que falta un caballo tostado que adora comer plantas de jardín y abonar mi césped?
¿Y no has echado en falta el mugido de la 81, la inefable vaquita holando que pace en mi jardín y se echa a dormir la siesta en la vereda de la vivienda de enfrente? Para que la identifiques bien te comento que es tan pero tan sociable que, una mañana en que me preparaba para ir al trabajo, abro la puerta y lo primero que me recibe no es el aire de la mañanita sino la enorme cara de 81 que curioseaba para dentro de mi hogar. Simpática y coqueta es (la caravana amarilla con el número le da un toque de estilo) pero no tiene mucha noción de privacidad ¿no te parece?
Ya sé que el tuyo es un trabajo arduo pero, si pensabas abrir una sucursal en mi casa podrías haber avisado.
Despierta Noé, despierta, no quiero llegar a casa y tener que adoptar algún casal de pandas.

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