domingo, 13 de abril de 2008

UN SALUDO CORDIAL


Cada vez que mi padre cruzaba frente a la casa de Marcelo Siqueira, o por donde el veterano estuviera sentado, su diálogo era breve e inmutable , aún con el paso de los años. Mi viejo le gritaba: "¡Garrincha!" y Marcelo respondía: "¡La voz enronquecida del Comisario!"
Jamás lo pude entender y no recuerdo que se me lo haya explicado, pero son de esas voces que han quedado intactas en mi cabeza, que parecen estar aún en el aire.Tal vez me haya acercado a comprenderlo cuando volví al pueblo a poder con los fantasmas y a empezar una nueva vida.
Yo solía ir a un almacén al que la gente iba como a la pulpería: se acodaba en el mostrador y conversaba horas mientras el propietario cortaba el fiambre al ritmo de la prosa despaciosa de los parroquianos. Yo entraba y detrás del mostrador se oía: "¿Qué hacés Carmen Ramírez?"; mi respuesta decía textualmente: "Maravillas para sobrevivir, Norma Ferreira" y tras el rito se iniciaba la compra.
Cuando uno va por las calles de Santa Clara a una velocidad que lo haga visible, no tarda mucho en cruzar un conocido (3 segundos es el promedio). Ahí el saludo es más o menos así: " Carlí..." y del otro lado se oye: "¿Cómo andás Cár..." Cuando alguien te nombra así date por parte del pueblo; es que eso significa que te conocen tanto que ya no hay necesidad de decir tu nombre entero: ambos saben quién es quién. Es el santo y seña de estas tierras.
Aún con todo lo que veamos,leamos o podamos escribir, la palabra dicha en alta voz continúa siendo un lugar de encuentro al que ningún otro se parece. Es un instante, un destello en donde la gente se encuentra y se reconoce como parte de algo más que sí mismo, de una historia compartida aunque no sea más que una historia de ires y venires sin visita ni tiempo para terminar de decir el nombre.

5 comentarios:

Noël dijo...

Esos signos de pertenencia tan característico de determiandos lugares, es parte del inigualable lenguaje cuasi no verbal en el uno está inmerso a veces.

Me he dado cuenta al interactuar con gente de otras partes del mundo, que es enorme el bagaje de códigos de ese tipo que tenemos, y no nos damos cuenta que usamos tan seguido. Jeje, muchas veces tengo que explicar qué quise decir, cuando alguien de acá hubiera entendido al toque...

Besote.

Carmen Ramírez dijo...

Es tal cual. Te da esa sensación de cosa compartida que a veces es tan importante y otras directamente esencial.
Abrazo

Vico dijo...

"Aún con todo lo que veamos,leamos o podamos escribir, la palabra continúa siendo un lugar de encuentro al que ningún otro se parece."

y desencuentros...

en Santa Clara y en la China,

me gusta mucho la foto que subiste, muy acorde con las letras del post...

ya imagino otro librito casero con post como estos y por qué no, también con dibujos de la bruja.

Isabel Barceló Chico dijo...

Estoy de acuerdo en tu apreciación del valor de la palabra. De hecho, tiene valor terapeútico. Una maravilla que no haga falta hablar más para saber del otro. Y una lástima que no dediquemos a la conversación tanto tiempo como merecería. Saludos cordiales.

Eugenia dijo...

Juraría que Carmela le dedica a la conversación todo el tiempo que esta se merece.
Puede conversar durante todo un budín inglés o uno marmolado de chocolate, y bajándolo a sorbitos con un café gigante.
Digo porque yo la ví.